domingo, 25 de diciembre de 2011

LA CUEVONA DE CUEVES


La Cuevona es una gruta natural de unos 300 metros de longitud por la que discurre la RS-3, carretera de doble dirección que atraviesa serpenteando la montaña, antiguamente camino peonil que da acceso al pueblo de Cuevas/Cueves, único acceso rodado que tiene este coqueto rincón riosellano, a través de este túnel nada común y muy poco artificial que debemos de atravesar, en tramo semicurvo en el que no se ve la entrada con la salida del magnífico complejo cárstico, lo que da más sensación de aventura. Es un caso raro en el mundo. 






Impresionante cavidad natural forjada en el tiempo que no deja a nadie indiferente. Es recomendable dejar el coche en el aparcamiento de la entrada del pueblo, después de pasar La Cuevona, recorrerla en ambas direcciones y pasear por Cuevas, pueblo que conserva la verdadera esencia de la vida rural en la margen izquierda del río Sella.






El acceso en vehículo desde Ribadesella es atravesando el puente sobre el río, seguir a la izquierda en dirección a la Cueva de Tito Bustillo, continuar por la RS-3 a través de los pueblos de La Huertona y Sardalla, para, a unos 700 metros más allá, en un tramo scendente, seguir a la izquierda en dirección a Cuevas. Las coordenadas son: N- 43.43698 /W- 5.07388.






Es Cuevas/Cueves, también conocido como Cuevas del Agua, un bonito pueblo con encanto especial y casi secreto, que está ubicado en un bello paraje natural a 20 metros de altitud, junto al río Sella y bajo los montes de Las Torres, La Pandiella, El Colláu, La Cuesta y Les Roces. Sus bonitas casas de arquitectura popular asturiana y sus tradicionales hórreos están distribuidos entre los barrios de Cuevas y Santiago. Es Cuevas, el pueblo del concejo riosellano con mayor número de hórreos. Su capilla está dedicada a Santiago, denotándose la probable existencia de otra anterior con la advocación de San Román.






 En este paraje se construyó en 1905 una central eléctrica para suministro de la villa de Ribadesella. Dista 5 km. de la capital del concejo y su única comunicación por carretera es a través de La Cuevona, por vía peatonal desde la carretera N-634 a través de pasarela sobre el río Sella o por tren de vía estrecha (FEVE), pues cuenta con apeadero de la línea Oviedo-Santander.









La Cuevona es un espectacular complejo cárstico de 300 metros de longitud y de considerable altitud, con  unas excelentes formaciones calcáreas. Esta es una cueva llena de vida y misterio. Sus excelentes formaciones junto a sus grandiosas bóvedas, la convierten en un entorno de gran belleza y singularidad.





Estalactitas, estalagmitas, columnas y coladas de diversos tamaños impresionan, formando variadas formas de sombras con el sistema de iluminación de la cueva.  Se pueden contemplar "las barbas de Santiago", una gran estalactita hueca cuyo nombre es el del patrono del pueblo,  "la lengua del diablo", donde el óxido férrico tiñe la estalactita de color terroso y varias estalactitas más en forma de" bandera" que son caprichos de la madre naturaleza.







Variada fauna cavernícola en el interior de la cueva, a destacar la existencia de la salamandra ciega, de una especie de rana, de animales ocasionales y de murciélagos, aunque ya no anidan tanto por la presencia humana.



Hay asimismo en La Cuevona gran variedad de líquenes, musgos, helechos, algas y hongos, debido principalmente a la humedad y a la temperatura de la cueva, pues por su interior discurre el río o regueru de La Cueva, que es afluente del río Sella por su margen izquierda. 





 

Pese a estar próximo a Ribadesella y estar algo apartado, es Cuevas un remanso de paz que aún conserva las raíces de la vida rural y donde aún reina la tranquilidad de siglos pasados. Cuenta con albergue, aula de naturaleza y bares. Y si tenemos tiempo y queremos disfrutar del día completo, desde Cuevas parten las bonitas rutas senderistas de Los Molinos y Monte Moru, entre otras.






 

Desde La Curuxa del Sueve en Carrandi-Colunga, recomendamos a nuestros clientes y amigos esta visita y les facilitamos documentación, información y en ocasiones acompañamiento. Bien merece la pena "perderse intencionadamente en Cueves", una mañana o una tarde  cualquiera, pues estamos por autovía a tan sólo 15 minutos.



viernes, 16 de diciembre de 2011

EL BOSQUE DE CEA Y CETÍN

Este impresionante y hermoso bosque de Cea y Cetín, está incluído en las rutas senderistas de dificultad moderada que cuentan con número de homologación de Pequeño Recorrido P.R.AS-274 y P.R. AS-275, que recientemente diseñé y escribí, junto a otras 5 rutas más para la Comarca del Sueve, a petición del Ayuntamiento de Parres para su Red Oficial de Senderos, y serán inauguradas próximamente cuando terminen los trabajos de acondicionamiento.


Parten de El Caleru, próximo al pueblo de Llerandi al que accederemos desde Arriondas, por la N-634 en dirección a Oviedo hasta Ozanes, donde tomaremos a la izquierda la PR-4 que a través de los pueblos de Romillo, Granda y Tospe nos acerca hasta el alto de El Caleru, próximo a Llerandi.

El bosque de Cea y Cetín está situado en un enclave privilegiado de enorme naturalidad y valor ecológico y paisajístico, tanto para el concejo de Parres como para Asturias. Está formado por dos manchas arbóreas bien diferenciadas dentro de la mancha boscosa. Una zona es una importante mancha de 260 hectáreas, con robles de gran espesura y porte y hayas de retorcidos troncos y singulares formas.

A través de este bosque discurre el Mampodre, río que nace en la fuente Cetín, a unos 1.000 metros de altitud en la base del picu Fontecha, al suroeste del concejo de Parres y que se encajona  formando una hermosa garganta en su cuenca alta. En su tramo final forma una bonita cuenca hasta su desembocadura en el río Piloña, en la localidad parraguesa de Ozanes. En todo el curso del río Mampodre existen testimonios de yacimientos arqueológicos de cronología paleolítica. En su recorrido llegaron a existir cinco molinos de los que actualmente sólo queda uno.

El lugar de El Caleru, fácilmente lo identificaremos porque justo allí, comienza un fuerte descenso hacia Llerandi y, a la izquierda de la carretera, sale una ancha pista. por la que ascenderemos unos trescientos metros, hasta  una curva, lugar conocido como El Prau de Arriba.


Para caminar la ruta del Bosque Autóctono (P.R.-AS-274, ascenderemos unos trescientos metros, hasta una curva, lugar conocido como El Prau de Arriba, donde seguiremos la pista que sale a la izquierda, conocida como la del Sedu, fácil de andar y con firme de tierra y zahorra, que en suave ascenso nos acerca hasta el cruce de Bon, un  hermoso balcón con impresionantes panorámicas sobre el concejo de Parres y la Sierra de El Sueve.

A partir de aquí, el camino ancho y cómodo, ahora empedrado,  comienza un leve descenso a través de El Roblón, llevando a la derecha la Peña Les Abeyes y  abajo una enorme cortada sobre el río Mampodre.  Cerrando el camino y como si de un cierre natural se tratase, numerosos avellanos y tilos a nuestro alrededor. Pronto alcanzaremos  el cruce de El Sedu, ahora ya con el río Mampodre a nuestro lado. Sin cruzarlo, seguimos el camino más estrecho que asciende ligeramente a la derecha y que nos introduce directamente el el Bosque de Cea.

Enseguida, el camino cómodo y entre inmenso arbolado cruza el río Mampodre por puente. Caminaremos ahora paralelos a la riega El Tornu, por su margen izquierda y, pronto, podremos contemplar una preciosa poza, donde, en época estival, se sume la riega y discurre bajo tierra hasta el puente de El Sedu. Un curioso y atractivo fenómeno natural que bien merece la pena contemplar semestralmente. El camino encajonado entre impresionante arbolado y exuberante vegetación, a través de una zona semisalvaje, asciende suavemente. Enseguida alcanzaremos el Bau la Faya, lugar donde afluye al río Mampodre el arroyo Les Cabañes.

Estamos en pleno Bosque de Cea, destacando enormemente los robles y las hayas, además de gran variedad de especies caducifolias. El camino ancho y cómodo, sigue ascendiendo suavemente entre una maraña de impresionante arbolado, Abajo, ahora a la derecha, podremos contemplar la llamativa y espectacular cascada de El Chorrón, salto de agua muy llamativo en época invernal, con un gran desnivel. Al poco, en una curva dejaremos a la derecha un depósito de agua, cruzaremos la riega de la Fuente Robleblancu y entre espesísimo arbolado alcanzaremos la collada de Llombecima, un claro al final del bosque.

Desde este lugar, donde hay una bonita cabaña reconstruida en una finca, ya podremos contemplar La Mota Cetín que con sus 1.234 m. es la máxima altura de esta zona y que fácilmente identificaremos por su forma amesetada.  Al frente las camperas de Fontecha y Llase, con caseríos y cabañas en las cerradas fincas.

Dejando a la izquierda la finca de LLombecima, seguimos un estrecho camino que desciende y que a través de salvar dos pequeños regueros, enseguida asciende a través de monte bajo, dejando a nuestra izquierda las praderías y montes de Valdeconia y a la derecha la sierra de Llerandi, en la que se encuentran las antiguas minas de El Coriellu. Seguiremos ahora un camino más ancho y cómodo que nos acercará a la collada y campera de Llase.


En un cruce de pistas, anchas, de buen firme y bien marcadas, seguiremos la ancha de la derecha por la que descenderemos hasta El Caleru, lugar de inicio.

Se queremos visitar la masa boscosa repoblada con coníferas exóticas, iremos desde El Caleru por el sendero P.R. AS-275. Caminaremos unos trescientos metros por la pista que sale a la izquierda de la carretera hasta el cruce de el Prau de Arriba, para seguir la pista de la derecha ancha y cómoda.  Enseguida,  la ancha pista salva un pronunciado desnivel a través de falsos llanos y subidsa hasta alcanzar las praderías de Llase, bello lugar para el descanso.  Ya podremos contemplar desde este lugar y al frente, La Mota Cetín. 


Desde este lugar, el camino en suave ascenso y encajonado nos acercará hasta el cruce de caminos de El Cantu El Coriellu. Seguiremos ahora el ancho camino ascendente de la derecha que se adentra entre un bosque de arbolado de especies perennes. Enseguida, hay una bifurcación de caminos. Seguiremos el que asciende a la izquierda y que se adentra en un espeso bosque de especies perennes y que pronto nos acerca a las camperas de Fontecha. Cruzamos la campera y continuaremos por el camino del frente. A la derecha del camino nos quedará un mesón con alojamientos rurales en cabañas. Pronto, un nuevo cruce de caminos. Seguiremos el de la izquierda que discurre por la parte superior de un espesísimo bosque.


Son 120 hectáreas de abeto Douglas, Alerce, Pino insigne y Chamaecprais donde, atreverse a cruzar entre los árboles es todo una aventura. Es como pasar del día a la noche  pues el alto arbolado impide la entrada del sol y la oscuridad es impresionante. Es una experiencia inolvidable, es sentirse en otro mundo, es una sensación de libertad inenarrable.. Eso sí, cuidado con no perderse que aquí si se puede aplicar el dicho de que "no todo el monte es oréganu". Y si queremos seguir hasta el picu La Mota Cetín, es un poco más de subida. Desde este lugar lo divisaremos y es inconfundible por su forma.

Cualquiera de las dos rutas que propongo, se puede hacer en una mañana o una tarde cualquiera.  Los recorridos que indico no son los totales de los P.R., son más pequeños.  Su dificultad es moderada y sus kilometrajes cortos. Eso sí, la vistosidad y grandiosidad de los recorridos, nos hará disfrutar de esta bella zona asturiana del concejo de Parres.
Bien merece la pena seguir un corto desdenso por carretera hasta Llerandi, pueblo de caserío desperdigado por barrios escalonados a lo largo de una fuerte pendiente. Sus viviendas son de construcción típica asturiana, presentando un buen conjunto de tenadas, hórreos y paneras. En la parte baja y situada en un estratégico lugar, se encuentra la iglesia parroquial, dedicada a San Cosme y San Damián.

Curiosamente y como ocurre con otros muchos pueblos de Asturias, Llerandi es también apellido de personas.

Desde La Curuxa del Sueve organizamos rutas guiadas a este maravilloso bosque situado a media hora de nuestras casas en Carrandi, en el concejo de Colunga.


Disfruten de la Asturias más rural, de sus montañas, del mar Cantábrico, de nuestras playas... Les esperamos en    www.lacuruxadelsueve.com y www.dormiren/lacuruxadelsueve.com

                                              













lunes, 5 de diciembre de 2011

CUEVA DE PANDO

El pueblo de Pando/Pandu, lugar donde se encuentra la cueva del mismo nombre, está situado en un pequeño promontorio al norte de la sierra del Paladín, a 120 metros de altitud y pertenece a la parroquia de Leces, en el concejo asturiano de Ribadesella. De caserío típico asturiano entremezclado con buenas y modernas viviendas, está diseminado en  cuatro barrios. Cuenta con una capilla de tipología popular del siglo XVIII, con pórtico y nave única a la que se accede por un arco de medio punto y que está bajo la advocación de Santa Bárbara.  



La cueva situada a 107 metros de altitud, es de dificultad fácil, con unos 450 metros de recorrido prácticamente horizontal y se puede realizar de forma circular, siendo el tiempo del recorrido el que cada uno quiera





Cabe destacar que esta cueva no está adaptada para el uso turístico y, aunque es fácil de recorrer al tener la entrada y la salida por el mismo sitio, al carecer de medios artificiales, nos obliga a tomar algunas precauciones y aunque no hace falta tener experiencia previa en la espeleología, sí es recomendable acudir con guía y material adecuado, pues recordaremos que aunque este deporte es tranquilo y no nos obliga a correr ni a realizar esfuerzos físicos importantes, sí es un deporte de aventura y riesgo, para el que hacen falta muchas ganas y tranquilidad, pues contemplaremos algo desconocido y nuevo que está en el mundo subterráneo esperando ser visitado. No debemos de entrar solos, siempre debemos de avisar. Sin luz nunca podríamos salir. Hay que recordar que estamos en una cueva, en el interior de una montaña donde “todos los gatos son pardos”.





Es antes de entrar cuando deberemos de ajustar nuestro equipo, sobre todo el casco y la luz que son muy importantes. A partir de aquí, el casco nos salvará de algunos golpes en la cabeza, sin olvidar la espalda con la que hay que tener mucho cuidado pues va desprotegida, solamente la cubre la ropa o funda que llevemos. Hay ciertos pasos estrechos y bajos en los que es necesario agacharse y pasaremos primeramente la cabeza y es ahí, donde tendremos que acordarnos que detrás pasa el cuerpo, por lo que tendremos sumo cuidado a no levantar antes de tiempo la espalda. El calzado, preferiblemente botas de montaña, han de ir ajustadas y bien atadas. La buena suela del calzado nos evitará desagradables resbalones y posibles caídas, pues la cueva tiene agua, barro y está húmeda y oscura. La ropa, cómoda y caliente, para mantener nuestro cuerpo a temperatura.





Por un paso estrecho, un poco retorcido, accedemos al interior de la cueva, a una sala de buena altura en la que ya nos iremos identificando con todo lo que nos espera. Es esta una cueva de desarrollo prácticamente horizontal, sin grandes dificultades deportivas ni técnicas, con pasos voluntarios, gran amplitud y fácil de caminar.  Las sensaciones iniciales se nos empiezan a normalizar y la curiosidad aumenta por momentos. Quien no haya estado nunca en un lugar así, no podrá evitar dirigir su “frontal” con curiosidad animal a todas partes. La temperatura interior es siempre constante, oscilando de acuerdo a la época del año entre los 14 y 16 grados. Iremos contemplando impresionantes formaciones geológicas y admiraremos caprichosas y grandes estalactitas que cuelgan del techo y son huecas por dentro,  estalagmitas que emergen del suelo y son macizas y de columnas, que resultan de la unión de unas y otras y que nos rodearán en esta cueva de grandes salas y laberínticos recorridos, con algunos pasos estrechos en galerías.





Es impresionante el poder admirar las galerías rocosas y las formaciones blanquecinas de cuarcita, adornadas con tonos de ocre y arcilla y con las formas caprichosas que quiso dar el agua. Así podremos admirar las “banderas”, donde la gota no cae verticalmente, sino que recorre la pared haciendo formas planas y huecas. O los “gurs”, una suerte de charcos con bordes elevados de roca que a veces guardan minerales cristalizados. Pasaremos por la sala de “la colada”, bella zona donde se comenzaron a juntar “columnas”. En la parte superior de la cueva, se filtran algunas raíces de los árboles que están sobre la montaña.




Adentrarse en esta oquedad de caliza carbonífera y recorrer sus galerías resulta una actividad muy entretenida, y una experiencia inolvidable pues este tipo de cueva ha sido formado a lo largo de miles de años por precipitación de los minerales contenidos en las aguas subterráneas que se filtran muy despacio a través de los techos de la cueva.





Volvemos a insistir en la recomendación a los no expertos o menos avezados de acudir con guía. A los clientes y amigos de nuestras casas rurales La Curuxa del Sueve y La Curuxina en Carrandi, Colunga, les facilitamos este servicio con nuestra empresa Nadetur (Turismo, Deporte y Naturaleza). Desde nuestras casas hasta la cueva se tardan unos diez minutos por la Autovía del Cantábrico. Hay en la zona una empresa de turismo activo de nuestra total confianza y con la que colaboramos estrechamente, La Escuela Asturiana de Piragüismo, que les facilita asimismo servicio íntegro. Además de guía profesional, les pone a su disposición todo el material necesario (cascos, fundas, bastones, transporte, información...), con precios especiales a grupos y a particulares. Su teléfono de contacto es el 985841282, su Email: eap@piragüismo,com y su página web www.piragüismo.com.